Solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR.

Cosecharas tu Siembra

A buen entendedor pocas palabras…, la siembra de animales salvajes en lugares inhóspitos, deshabitados, es tan antiguo como la caza misma, como la necesidad de supervivencia.

Ya las primeras civilizaciones nómadas de las que se tiene registro, es sabido que llevaban consigo sus animales para liberarlos, “sembrarlos”, en zonas que tras unos años volverían a instalarse; como ser el Hombre de Cromagnon (Homo Sapiens Sapiens) hace unos 18.000 años, quienes con sus precarias técnicas pero extraordinarias habilidades artísticas nos han dejado sus pinturas como legado, como recordatorio de su modo de supervivencia y evolución, su mayor interés fue trasmitir acerca de la procuración de su alimento.

Dibujos en Cuevas de Altamira














Siglos después se repite la misma escena sobre la siembra de animales, esta vez los protagonistas son mas evolucionados, sus sociedades mas avanzadas, estos ya se mueven en embarcaciones y trasladan sus ejércitos por el Globo de un extremo a otro. Saben bien lo que están haciendo, ya no se trata de buscar nuevas zonas de caza, nuevas zonas ricas en alimentos, zonas benévolas y estacionalmente favorables; ahora se trata de otra cosa, se trata de conquistar nuevas tierras, se trata de ganar terreno, de adueñarse de espacios y raptar voluntades, se trata de los “Conquistadores”, de quienes traían la palabra, de quienes mancharon y devastaron todo lo que han tocado a su paso.
Ellos en sus viajes, en sus paradas para mantenimiento de los navíos aprovechaban para reaprovisionarse de agua, frutas y todo lo que este a su alcance adueñarse.
También efectuaban la suelta y liberación de animales domésticos, quienes en pocos años involucionaban volviendo a su estado salvaje, para luego de unos años en su vuelta a casa hacer escala nuevamente en esos lugares y ya no solo abastecerse de agua y frutas silvestres, sino que también practicaban la caza de estos animales obteniendo la preciada y nutriente carne de sus presas.

Cuadros representativos















Actualmente y sin tener las mismas necesidades, estamos quienes preferimos obtener nuestros alimentos de modo natural, como la naturaleza lo impuso en un comienzo, que es obteniéndolo por cuenta propia, que si bien hoy día tenemos infinidad de lugares y variedades donde obtenerlo de un modo muy sencillo en una góndola al alcance de la mano de un niño, todavía quedamos algunos que preferimos salir a buscar nuestro sustento fuera de nuestros “asentamientos”, preferimos volver a cazar al monte, a la selva, o al campo, donde sea que sepamos que este ahí vamos por el y tal cual lo ha hecho el hombre durante siglos, nosotros también preferimos sembrarlo cerca para no alejarnos tanto de nuestros hogares cuando salimos en su búsqueda.

Nosotros somos un grupo que cazamos con jauría, cazamos jabalí con perros Catahoulas y sin armas de fuego. La caza con perros muchas veces nos lleva a cazar animales que en otras circunstancias optaríamos por no hacerlo, como ser la captura de una hembra.
En la caza con jauría los perros no distinguen de machos y hembras, no distinguen de hembras con crías o sin ellas, solo buscan lo que les enseñamos a buscar, comida, nuestro sustento.

En esos casos, cuando cazan una hembra con sus crías, es donde nos hacemos de animales para reubicar en zonas próximas a nosotros, nos quedamos con esos cachorros, los curamos, alimentamos y criamos, para posteriormente liberarlos y que vayan poblando una nueva zona.
El jabalí es un animal de hábitos nocturnos, muy prolifero, inteligente, se adapta muy bien a distintos climas y terrenos, es un animal de alimentación variada, es un animal esquivo, salvaje, extremo, dispuesto a ganar los lugares mas recónditos lejos del ser humano, donde lograr cazarlo es siempre un desafío físico y estratégico como pocas presas pueden presentarnos.


Captura y Liberación


Para ver el video en Youtube

http://www.youtube.com/watch?v=TvfkBIrLoQQ

La carne o el "Trofeo"

Tema que siempre genera debate entre aficionados, discusión interminable y titular de una gran mentira que encubre a simplemente matadores y enriquece a comerciantes, quienes inducen a la gente a cazar/fusilar solo por el tamaño de la cabeza del animal, de sus cuernos o sus colmillos; cabeza que termina colgada en una pared para que la vean todos sus amigos, para que demuestre su seudo destreza al haberla obtenido y para que tras unos años termine tirada en algún deposito con trastos viejos, o bien simplemente regalada.

Que difícil es poder dar una opinión inmediata, sensata e inofensiva, ya que estarían implicados varios amigos y conocidos a quienes no es mi intención ofenderlos.

Para mi la caza no es cosa de trofeos sino todo un modo de vida donde se trata de obtener nuestros recursos, los que incluyen la cuota de alimentos emulando a nuestros antecesores y es ahí donde la caza, donde la cacería forma parte de esa obtención, siendo tan solo un medio, un móvil para cubrir la cuota y no un simple deporte, pasatiempo o divertimento. Si bien cuanto mayor el tamaño es mucho mejor, nos evita el continuar la búsqueda.

Es cierto también que la caza de animales tan solo por su trofeo, por la belleza de sus cabezas y o de sus pieles no es algo del hombre actual, ya que siempre existió.
En nuestra línea del tiempo sobre el Planeta, hace ya 40 millones de años “Los Homínidos” y hasta hace unos 40 mil años “El Homo Sapiens” cazaban solo para proveerse de alimentos, aceites, grasas, pieles, abrigos, etc. Luego vino lo que la Ciencia llama “El Hombre Moderno” (40.000 años) a esta parte, donde esta evidenciado en todas regiones y culturas del globo que el hombre hacia presas a distintos animales por sus atributos, por sus condiciones y no solo por el alimento. Cuantas tribus en sus ritos conllevan a los implicados a la caza, generalmente lo vemos o leemos en los jóvenes que para cruzar la barrera entre niño y adolescente/adulto como parte de la ceremonia y del proceso de transición es necesario que traiga una presa, y cuanto mas grande mejor, con mas logros paso la prueba y mas jerarquía obtiene entre los suyos; también se da en distintas culturas el sacrificar una presa a sus Dioses, para pedirles por lluvias, por sus cosechas, por la salud de su Pueblo, etc., en ambos casos siempre se consideraba la presa mas grande como la mas efectiva a tales fines, en consecuencia esa presa era solo un “Trofeo” y no soy quien para juzgar eso, ni tengo los conocimientos ni la autoridad para hacerlo, lo cierto es que viéndolo de eso modo si lo justifico, ya que formaba parte de sus culturas y creo que no se las debe cuestionar, sin ellas no estaríamos hoy aquí, es mas, creo que a nuestra educación, ya sea en colegios, universidades y en el seno de cada hogar se debería enseñar mas acerca de quienes fueron nuestros antepasados.

Pero en el hombre actual no es así, nada de esto se considera, nosotros de niños no somos sometidos a esas pruebas, a esas ceremonias, entonces porque pareciera que obtiene mas jerarquía quien obtiene el mayor Trofeo?, el tema creo que es totalmente repudiable, la actitud de aquellos que solo fusilan un animal por el tamaño de sus atributos, haciéndolo desde un lugar a buen resguardo, sin darle ninguna oportunidad al animal, sin respetar su ser, matándolos desde un apostadero, que no es mas que un lugar introducido por el hombre o mucho peor dentro de un coto de caza, donde al “cazador” se le brinda un techo, paredes y hasta vidrios para estar protegidos de las inclemencias de la naturaleza, con buen abrigo y refrigerios para pasar el tiempo hasta que el animal se ponga en línea y ángulo de tiro.
No se le debería permitir tener un arma y mucho menos pisar el campo, solo hacen daño a las especies.

Esa gente habla de cazar… que saben acerca de la caza?

La caza es tomar la vida con nuestras manos, es dar muerte para continuar la vida, es a través de un cuchillo o una lanza la unión de dos mundos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del Trofeo, sino haber obtenido tu presa.








































































En la Piel de un Cazador

Hace unos días nuestro amigo Daniel “El Gaita” nos hizo llegar un escrito, no se si es una poseía, prosa o se lo encasillara en algún otro genero dentro del mundo literario, lo cierto es que en su escrito describe parte de la esencia de la que esta hecho un verdadero cazador y quería hacérselo llegar a todos quienes visitan este sitio.



Espero sepan interpretarlo desde la humildad y sencillez, pilares fundamentales en este oficio.


En la Piel de un Cazador

Trata de estar una vez, tan solo una vez, en la piel de un cazador.
Ellos son uno con la naturaleza, que aunque hostil a su paso, se aúnan entre la huella y el viento.

Dirán algunos, que solo son fabricantes de cadáveres en beneficio de sabe Dios que cosa, otros, que son una especie rara de perros sedientos de sangre con forma humana.

Pero la realidad no es esa...

Tienen como norte, la comunión de lo real con lo natural,
y deben hacer de la noche su aliada incondicional.

Viento gélido cuando arañan la espesura, sol mordaz de Enero quebrándoles la piel, extraña raza de humanos rayano con lo salvaje que hacen del acecho su carta coronada mas excelsa.

Vivir de la selva, comer a veces lo que su presa desecha
Y compartir la sangre de cristo luego de la faena.

Eso es un cazador.

Desde los confines de la humanidad más primitiva, ellos hacen que su estirpe no claudique entre sarcasmos y habladurías baratas, ya que los que mal hablan, son totales eruditos en la ignorancia con lo natural, tierra, agua, viento y fuego.

De eso estamos hechos.

No buscan la muerte de su presa por el solo hecho de saber el color de su sangre, viven en el estado mas importante que un hombre puede tener, vivir con su presa, toda esa adrenalina que emana desde los confines de la historia.

Ellos, como el hombre de las cavernas, un caballero del medio evo o un hombre de la América contemporánea, llevan consigo el mismo gen, el de la aventura y por que no decirlo, el desafió con lo divino.


Daniel Gallego
Para mis amigos Carlitos y Gerardo de mi autoría.


El Absurdo de un Trofeo



La semana transcurría y mi mente ya disfrutaba de mi próxima visita al campo; preparando equipo y estrategias, estudiando mapas, el clima, etc., pasaron los días y finalmente la hora tan ansiada llego, la hora de partir rumbo a la aventura, la hora donde empiezo a vivir…; que para mi sorpresa, seria una de mis mejores salidas.

Esta vez como tantas otras parto solo, sin mis Compañeros ni los Perritos, solo con mi fusil lo vivo distinto, los aciertos y los errores son propios, es nuestro instinto, nuestro conocimiento y nuestra experiencia quienes nos guían en la oscuridad de la noche.

Esta salida tenia dos objetivos, encontrar los “nidos” de los jabalíes de la zona para volver con los Catitas, tarea sin éxito que demando toda la noche, y en segundo lugar ya con las primeras luces continuar con mi búsqueda del Gran Trofeo de ciervo Axis.

Fue una larga noche, nublada, cerrada, oscura y peligrosa; los primeros fríos se hicieron notar sin pasar desapercibidos, se hizo muy difícil el poder dar con los “nidos”, el terreno era desconocido para mi, pajales, lagunas e interminables planicies conformaban la zona a rastrillar; el aire frió cortaba mi cara en una noche silenciosa y unas gotas que cayeron durante la madrugada hicieron todo mas difícil, hicieron de esa noche una noche para el olvido.

De vuelta en el campamento enciendo un fuego reponedor, unos cuantos leños de Tala, algo de Cabure y un buen mate cocido hicieron mas llevadera esa hora que faltaba para el amacer.
Un zorro curioso se acerca a una distancia prudencial, observándome desconfiado; es raro que estos animales se dejen ver y mas raro aun es que se acerquen si uno no tiene carne de alguna presa, tal vez el zorro necesitaba del fuego tanto como yo.
Paso rápida la hora y una vez remplazado el equipo nocturno por el diurno ya estaba listo para partir.

Camino al lugar donde ya había visto rastros del animal a quien varias noches escuche bramando por su territorio y por sus hembras, es un animal muy esquivo, desconfiado y lleno de “sistemas de vigilancia” naturales muy difíciles de franquear sin ser percibido. Tiene olfato, visión y oídos privilegiados, cuenta con la ayuda de los pájaros que en cuanto nos ven nos delatan con su canto indicándole de nuestra presencia, el suelo del bosque y la espesura del monte durante otoño e invierno están llenos de ramas caídas, hojas secas y charcas que ineludiblemente pisamos generando ruido, un chasquido quebradizo muy distinto a los ruidos naturales propios del lugar.
Dar con un Axis macho adulto, lo que se considera un “Trofeo” (para quienes la caza es cuestión de trofeos, cosa que no es mi caso), y cazado en forma silvestre, en forma natural, en su hábitat y en estado salvaje (y no en cotos de caza donde se fusilan animales de criadero), es muy difícil; generalmente el macho esta rodeado de un harem de hembras y machos mas jóvenes quienes hacen aun mas difícil el acercamiento, son mas ojos los que miran, narices las que huelen y oídos los que escuchan, digamos que son muy pocas las expectativas, muy bajas nuestras probabilidades de poder dar con ese animal.
Tal vez tanta dificultad es lo que me ha mantenido todo este tiempo buscándolo e intentando cazarlo.

Aparecen las primeras luces del día, la primer claridad y ya en su territorio lo veo a la distancia, venia solo, tranquilo, confiado, caminando por una cañada oculto entre la niebla del amanecer que apenas me permitía verlo; era un animal hermoso, la criatura mas linda que vi hasta entonces, era imponente, con su majestuosa cornamenta a modo de corona, y delicado, exclusivo y singular pelaje a modo de una capa señorial se lo veía esplendido, se lo veía como a un Rey y así como el León es el Rey de la Selva y el Cóndor de los Cielos, éste animal sin lugar a dudas debería llamárselo el Rey del Bosque, porque verdaderamente así se lo veía recorriendo sus dominios.
En cuanto lo vi me tire al piso, el suelo estaba húmedo y olía a hierba fresca, olía a naturaleza salvaje, al agacharme intentando evitar que me viese, tuve la sensación de estar agachándome como si reverenciara a un Dios, fue una sensación que nunca antes había experimentado.
A medida que el animal se acercaba en línea recta hacia mi posición podía escuchar el crujir de los cardos a su paso, si hacía el mas mínimo movimiento me delataría, solo podía verlo cada tanto de reojo y veía como el vapor de su aliento en la madrugada le daba un aspecto místico, cual dragón escupiendo su fuego.
En ese momento y ya estando próximo a unos 60 metros sabia que tenia muy poco tiempo, estábamos frente a frente, cara a cara, en cuanto me moviera el animal huiría de inmediato, tenia solo una oportunidad, solo una fracción de segundo para definir el tiro, en ese instante corrieron por mi mente muchos pensamientos inoportunos, pensé hasta donde podemos llegar?, hasta donde somos capaces de hacer?, hasta donde somos capaces de malograr?..., ya profanamos la Selva mostrando al León desde una Land Rover rematándolo al cazador que sea el mejor postor, pensé en la comercialización de esclavos, exponiéndolos como artículos en la vidriera de un shopping, pensé en cuando mataron a Cristo, pensé como nos dañamos a nosotros mismos y todo el mal que el hombre hizo; asimismo sabia que era el momento que tanto había soñado, quería saber que se sentiría al poner el retículo de la mira en su corazón y jalar del gatillo, pero una voz interna me decía que no podía dejar al bosque sin su Rey, lo cierto es que por algo que aun no me explico el animal cambio su rumbo y se perdió en el follaje, nunca mas pude verlo, no supe en que dirección rumbeo y nunca sabré que se siente al jalar el gatillo, porque tras haber vivido esta experiencia estoy totalmente convencido que a esos animales no hay que matarlos, ya tuve la oportunidad, en cierto modo ya lo cace.
En definitiva soy cazador, no un asesino de las exquisiteces que aun hoy y a pesar del mal trato y descuido que le damos nos sigue brindando la naturaleza.

Durante años busque ese “trofeo”, la cornamenta record, lo busque una y mil veces, día tras día y noche tras noche buscaba dar con ese animal, sufrí cansancio, frió, hambre y sed, camine cientos de quilómetros persiguiéndolo y ocupe aun mas horas acechándolo, y hoy… , hoy doy gracias de no haberlo matado, satisfecho de no quitar la vida al macho reproductor de la raza, al que mantiene el equilibrio de la especie, a “El Señor de la Manada”.

Muchos dijeron, le hubieses tirado, total no es una raza autóctona, esos animales perjudican a la flora y fauna local. Particularmente no creo que así sea, si la naturaleza no los elimino de su nuevo territorio quien somos nosotros para tomar esa decisión?, para cumplir ese rol?, no creo que perjudique la normal evolución de nuestro mundo, de la gigantesca maquina natural en la que estamos viviendo.
Con esa línea de pensamiento de eliminar lo que no es autóctono de cada sitio eliminemos también a los extranjeros que habitan nuestra tierra, eliminemos sus culturas, eliminemos creencias, eliminemos religiones, eliminemos el arte, eliminemos los artículos que consumimos y utilizamos a diario, eliminemos todo aquello que no sea propio de nuestro suelo y por ultimo y en consecuencia eliminémosnos también a nosotros mismos, ya que tampoco somos propios de estas latitudes puesto que hemos descendido de los árboles en África Oriental hace ya unos 15 millones de años.
De cualquier modo no es la intención ni el espíritu de este escrito crear un debate filosófico sino el concientizar a los cazadores en cuanto a las diferencias y lo que debemos o no permitirnos cazar. Si continúan cazando solo por mostrar un trofeo, muy pronto nos vamos a quedar sin machos que transmitan buena genética y nuestros hijos ya no conocerán lo que son estos magníficos animales, no podemos ni debemos privar a unos cuantos de ese privilegio por el capricho infundado de unos pocos.

Cayendo la tarde emprendo el regreso a casa, esta vez sin presa, sin carne para mi mesa, pero colmado de satisfacciones y sin poder dejar de pensar …porque ese viejo zorro se acerco a mi fuego, sería acaso un emisario del Rey?

Desde hoy cuenta con un nuevo escudero, ... a sus órdenes su Majestad!

Con la Luna por Testigo



El ser humano se ha acostumbrado a realizar sus actividades durante el día desde que llego a este mundo, desde que descendimos de los árboles, desde que el hombre es hombre.

Somos seres diurnos, nuestras actividades se desarrollan bajo la claridad del día, nuestros ojos se han desarrollado para la luz, es tan estrecha nuestra relación con el día que muchas civilizaciones han adorado al Sol durante siglos.

Fuimos presas de depredadores nocturnos durante miles de años y esto a dejado un sello en nuestra inconciencia primitiva, el temor por la noche, por la oscuridad; hoy en día la ausencia de luz nos incomoda en cualquier circunstancia, ya sea en un ascensor, en el subterráneo, en compañía o en soledad hasta en la situación cotidiana mas común dentro de la protectora seguridad de nuestros hogares se corta la luz y nos incomoda, necesitamos ver y necesitamos ver ahora.

Sin embargo existe un mundo mágico en la oscuridad de la noche, lleno de oportunidades para un depredador, oportunidades únicas que favorecen al cazador. Nuestras presas son mayoritariamente de hábitos nocturnos, se encuentran fuera de sus escondrijos comiendo, migrando de un lugar a otro, apareándose, etc., están atentos a todo, a cualquier señal menos al ser humano, no nos esperan a esas horas, no buscan nuestras señales e incluso tienen menos aliados naturales que delaten nuestra presencia, las aves duermen, el ganado esta echado, etc., en consecuencia es mucho mas fácil el acercamiento e incluso la elección de la presa.

La cacería nocturna trae aparejada un sin numero de circunstancias que normalmente no percibimos, todos nuestros sentidos se potencian, solo debemos concentrarnos un poco mas y dejar florecer nuestros mas primitivo sentido cazador, es una orden natural que nuestro cerebro le imparte a los sentidos para agudizarlos llevándolos al limite; nuestro olfato, oído e incluso visión, podemos ver mucho mas allá de lo que imaginamos podríamos ver en la noche, son otros los olores, los rastros son mas frescos y se perciben mejor, los ruidos en el silencio absoluto nos indican muchas cosas, tipo de animal, distancia, etc., podemos sentir el rocío caer en nuestro rostro y escuchar un río distante.

La cacería nocturna es solitaria, la propia oscuridad te da la sensación de estar en un cuadro donde solo habitan presa y predador, es un juego estratégico que se desarrolla prácticamente a ciegas donde no te podes permitir el mas mínimo error, se debe andar muy despacio, cauteloso y observar mucho mas cada señal antes de avanzar hacia donde creemos debemos ir, es algo donde no solo participan todos nuestros sentidos sino donde prima nuestra inteligencia.

En consecuencia, no existe mejor oportunidad para el cazador que el manto de invisibilidad que crea la noche, o sera que aun somos seres solitarios que nacimos y moriremos en la noche; y he ahí esa comunión con varios de nosotros.


Lo cierto es que No existe impedimento alguno para lograr nuestro cometido, no existe situación climática o geográfica adversa, solo debemos adecuarnos a cada instancia en la que tenemos la maravillosa oportunidad de proveernos, en la que tenemos que decidir y ser por un instante lo que a todos nos llegara algún día.