Solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR.

Tiempo perdido, el peor de los Tiempos

El otro día alguien me dijo… que pasa que ya no subís mas nada al Blog?. Pensé muchas cosas, en principio que bueno que alguien lo consulte y se mantenga expectante de las modificaciones, también me dije, cuanto tiempo perdido, es el peor de los tiempos; estoy dedicando mucho tiempo a cosas que no son propias en mi persona, no se porque últimamente intento hacer entender en distintos ámbitos a la gente acerca de determinados asuntos referentes a la caza, intento transmitir conocimientos y no sigo fiel solo a mis principios de aprender y nada mas que aprender observando a quienes me antecedieron en este oficio o bien aprendiendo solo de observar con mis propios ojos, mis propios sentidos y mi propio entender el misterioso y fascinante movimiento de la gigantesca maquina natural.

El Tiempo perdido enseñando, es tiempo perdido de aprendizaje, es tiempo perdido en idear, en planificar, en superarnos. La cacería no tiene tiempo, la caza no se debate, no existe tiempo para la discusión, es tiempo precioso perdido, es tiempo de ventaja para nuestra presa. Mucho menos tiempo tenemos para el convencimiento del necio, del ignorante, de quien mansilla el adjetivo cazador autoproclamándoselo y no sintiéndolo desde lo mas profundo de sus entrañas, desde la esencia de su ser. Esto no se autoproclama, esto se vive, se transmite, se emana.

Hablan de la muerte… que saben acerca de la muerte?

La cacería nos deja solo sangre, carne, cansancio y satisfacción de proveer y proveernos. Nos deja una enseñanza única en la vida, acerca de la vida y la muerte, nos deja un balance extraordinario de las cosas que solo entienden aquellos que por un instante fueron eso que a todos nos llegara algún día y que desde ese instante ya no somos el mismo, somos otro, somos una suerte de eslabón invisible, un equivalente y necesario colaborador en la evolución.

Cuando un verdadero cazador habla se lo debería escuchar y cuando un cazador hace se lo debería observar, y nunca se lo debe cuestionar, el hacerlo implica perder un tiempo único acerca de algo que se da en un momento y generalmente es irrepetible.


Aquí vuelco algunos testimonios recientes de cómo la caza se vive y no se la discute.

(Haga click en la foto para ampliarla)















Zumbaga

Una tarde en una reunión de amigos hice un comentario acerca suyo y alguien me dijo, fijate creo que esta su foto en esa revista, impaciente y con la esperanza de volver a verla busque y ahí estaba, tal como la recordaba, espléndida, imponente, rodeada de modelos, su brillo la destaca de las demás casi opacando al resto. Pense dentro mío fue concebida para mí, como si yo mismo la hubiese creado a mi gusto.

Mi interés por saber mas, por conocerla mejor, por saber todo acerca suyo me llevo a buscar mas y mas información y para mi sorpresa encontré muchas paginas Americanas donde la mencionan, donde se ven sus fotos, medidas, comentarios, notas, etc., es toda una estrella, una celebridad en lo suyo.
Establecimos el contacto y una vez hecho los arreglos pertinentes supe esa misma tarde que nuestro primer encuentro seria solo cuestión de tiempo.

Espere tanto ese momento, armado de paciencia y aun dudando que fuese solo un sueño, los días y las horas corrían tanto como el incremento en mi ansiedad, mi intriga, mis miedos, mis dudas; como seria personalmente, que sentiría cuando la tomara entre mis manos.

Finalmente el gran día llego, vino un mensajero y me dice que ya esta aquí, que esta en Bs. As. esperando por mí; sin mas fui a su encuentro y ahí estaba, tal como en las fotos, su presencia es imponente, te hipnotiza, te atrapa, te cautiva..., de figura estilizada y alta, su cuerpo fuerte y esbelto, pujante y macizo, inspira seguridad y confianza, al verla me quede sin palabras, sus tonos oscuros casi únicos realzan sus delicadas curvas y líneas exclusivas, denota una personalidad aplomada fría y silenciosa, como esperando su momento, esperando que la inviten a hacer lo suyo, a que la tienten... y es ahí cuando realmente se muestra infalible.

Ella ahora es mi compañera inseparable, mi mejor aliada y a quien confío mi vida; su nombre es ZUMBAGA, "Quien toma tu Alma" en lengua Zulú, es mi lanza y vino para quedarse.-




Nuestra primer noche juntos...

No importa cuantas veces lo imagines, en tu mente y en la protectora tranquilidad de tu hogar, no importa. Nunca podrás imaginar lo que es estar ahí, nunca podrás imaginar lo que es estar con la bestia frente a frente a escasos metros peleando en el barro luchando por su vida y por cobrar la tuya, todo sucede tan rápido... creíste estar cazándolo y en un instante te convertís en presa, sos parte de ese cuadro natural de la supervivencia y evolución de cada especie, de esa pelea en la cadena alimentaria, sos parte de una lucha mortal. Cuando lo tenes empacado y golpeando el suelo con sus patas todo se mueve, la tierra tiembla a tu alrededor y viendo al animal a los ojos, su mirada ciega de furia desatada, escuchando sus bufidos, sus gritos ensordecedores, infinitos, atemorizantes, el rechinar de sus afilados y desproporcionados dientes, ves realmente al horror, es una fiera impredecible haciendo que nuestros peores miedos se hagan realidad; podes oler su aliento salvaje, desagradable caliente y húmedo mientras te encontras agobiado, empapado, envuelto en barro, adrenalina, sudor y sangre, entumecido, acalambrado y finalmente... todo se acalla, se produce un oscuro, frío y largo silencio, Zumbaga creo un silencio respetuoso, silencio que hasta ese momento desconocía; viví ese instante donde la inteligencia pudo mas y prevaleció por sobre la fuerza. Finalmente logre ultimarlo y apañar nuestro dolor.












En otra Tierra




Transcurre el Lunes y no salgo de mi asombro, sigo inmerso en nuestra ultima cacería, ansioso que finalice la semana para volver a esa paradisíaca tierra, una tierra cargada de leyendas, un lugar perdido en el tiempo escondido en la geografía Entrerriana.

Partimos a una nueva aventura con Carlos y los catitas muy temprano de madrugada, con la incertidumbre de que nos depararía el destino; no hacíamos otra cosa mas que preguntarnos como seria el terreno, cuan hábiles cazadores serian nuestros anfitriones, que tan esquivas nuestras presas, que estrategias aplicaríamos, etc. Ninguna pregunta que no nos hayamos hecho una y mil veces con el mismo entusiasmo y ansiedad como si fuese la primera vez que salimos a cazar.

Transcurrieron el tiempo y los kilómetros recorridos, tan rápido que sin darnos cuenta ya estábamos en zona; un paraje perdido, casi ignorado, secundante de un Pueblo apenas mas conocido. LLegaron los porteños!! fueron sus primeras palabras, nos recibieron en el galpón de la casa, entre perros y pertrechos típico de un hombre de campo y cazador. La madrugada aun estaba fresca y la cubría un manto de espesa niebla, la fogata ardiendo y el mate que no se hizo esperar.
Una vez ya alistados recorremos unos pocos kilómetros hasta dar con un lanchero quien nos llevaría al punto de inicio de nuestra cacería. La navegación fue larga, de unos treinta minutos, minutos interminables, minutos donde el tiempo parece detenerse y regalarnos ese momento, que lindo fue ver al Sol fuerte y brillante posado sobre el Río Uruguay, como si descansara sobre su viejo amigo inquieto, calentando su majestuoso caudal; en la proa de la embarcación, dos lugareños que nos acompañaban, en sus ojos podía verse nuestro mismo entusiasmo, nuestra misma necesidad, esa necesidad interna de cazar.

Desembarcamos en una costa crecida por sudestada, con la vegetación tupida y enmarañada, Sauces y espinillos que desconocían nuestra presencia, en cuanto pude ver el suelo, vi el rastro de un chancho grande, quien dejo su huella fresca de haberse anticipado solo por algunas horas, su huella tranquila, su pisada firme, sin prisa recorriendo sus dominios.

Exploramos varios kilómetros sin lograr buenos resultados, respetando las costumbres y modos de búsqueda y rastreo de nuestros anfitriones, quienes a nuestro entender no estaban haciendo del todo bien las cosas. En nuestro largo recorrido atravesamos distintos terrenos desde los fangosos costeros, cruzando varios arroyos, pasando por tupidos montes, y hasta plantaciones de álamos, las que creaban un bosque dando un entorno fascinante, mezcla de una vegetación y flora únicas propias del lugar, con el otoño ya sobre las copas de sus gigantes, cambiando sus follajes y creando una paleta de tonos singulares.
Ya dando por finalizada la jornada de caza, que si bien no tuvimos el éxito esperado nos sirvió de gran aprendizaje, nos recoge nuestro práctico lanchero, un hombre sencillo, callado, quien con su silencio no hacia mas que hablarnos de esa gente, de su gente, de sus pares de las islas, gente que sobrelleva sus vidas viviendo en y de la naturaleza, gente que se alimenta y vive de los frutos del Uruguay, gente de la que no escuchamos acá, gente que nos enseñaría a ser mas gente.




Mi querido Río Uruguay, muy pronto nos volveremos ver...
Pasaron unos pocos días y tal como prometí nos volvimos a ver, no podía dejar de visitar ese lugar y esa gente, quienes hicieron de su hogar el mió.

Esta vez las cosas se hicieron a mi modo de acuerdo a mi experiencia, pedí ser yo quien guiara la cacería y accedieron sin prejuicios.

El resultado fue el mejor que pudo haber coronado esa fabulosa jornada, tras haber rastreado, perseguido y acechado un muy buen Axis durante unas horas, finalmente logre el ángulo de disparo que si bien no fue el ideal, fue suficiente para asegurarlo.





Y como dije aquel día, una vez más mi querido Río Uruguay, muy pronto nos volveremos a ver…

Si no fuera por...

Nada de este mágico y cautivador Modo de Vida hubiera conocido de no haber sido por mi gran amigo Carlos Couto y el tan cuestionado Gen, quienes me introdujeron en el fascinante Mundo de la Caza Mayor, ellos fueron quienes guiaron mis primeros pasos y guían actualmente, fueron quienes desataron esa necesidad dormida..., la de proveer y proveernos, la de prevalecer en la cúspide de los cazadores preservando nuestro tan disputado primer puesto entre los mamíferos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del trofeo, sino haber obtenido tu presa”.

Dedicado a los que sin estar siempre nos acompañan, esos dos perritos locos, al poderoso Yako, a Sebastián Zuck y a todos aquellos que quieran ingresar en este fascinante Modo de Vida.—

Naturaleza versus Humano




Que abrumadora desventaja... como ser parte sin interceder en ese delicado equilibrio natural; aunque aquí ya entraríamos en un tema filosófico donde surge el inevitable y hasta casi soberbio cuestionamiento acerca de si esa desventaja es tan abrumadora o si bien estaremos intercediendo en el equilibrio natural, ya que si estamos en el lugar, es porque naturalmente esta bien que estemos.
Si la naturaleza nos permite recorrer su seno y nos muestra sus secretos, como es que no somos parte y que nuestras acciones interfieren, nada sucede sin que la gigantesca maquina natural lo contemple; debemos entonces guiar nuestras acciones solo por el instinto y raciocinio, y no por nuestras ambiciones o satisfacciones.
Claro esta que si trasladamos Naturaleza versus Humano a un plano comparativo, debemos considerar un espectro muy amplio, tan amplio que ineludiblemente quedarán aspectos sin contemplar.

Entre ellos podemos mencionar al Clima, al terreno, mareas, distancias, entre otros....; en contraparte de nuestros antecesores hoy podemos saber el clima a futuro con un grado de exactitud bastante elevado, como así también conocer el terreno y las distancias mediante mapas electrónicos, GPS, cartografía y mucha información detallada a nuestro alcance; conociendo esos datos será suficiente para preparar nuestro equipo e idear un plan, con procedimientos, siguiendo reglas con efectivas técnicas y métodos para intentar lograr satisfactoriamente nuestro objetivo.

Pues bien, aquí no terminan los considerandos ya que la naturaleza cuenta con muchos mas aliados a dominar que los mencionados, como ser entre otros, los cambios repentinos e imprevisibles; tales como una neblina inesperada en lugares y a horarios fuera de lo frecuente, lo cual seguramente hará variar tu ruta, modificando así tu itinerario pautado, comprometiendo las distancias, desgaste físico y el tiempo de recorrido, tus raciones de alimento y bebida, en definitiva, lo que a prima fase puede verse como una simple dificultad, puede desatar una grave complicación.

Nuestro reto no termina aquí, ya que todo lo mencionado hasta ahora son elementos que, si bien no podemos controlar, podemos sí estar preparados para afrontarlos, son fenómenos conocidos; ahora bien, que sabemos acerca del “Idioma Natural” como entenderlo y obtener ventaja, como mezclarnos entre ellos sin que nos perciban, sin que las distintas especies animales con sus accionares delaten nuestra posición.
Manejándonos muy cuidadosa e inteligentemente dentro del terreno podemos evitar ese idioma natural, su mejor aliado, que considero, es nuestro desafío mas importante. Por si algunos necesitan un ejemplo de este Idioma Natural, citare al por todos conocido Tero, esas pequeñas cornetas aladas, esos grandes delatores; no existe ser vivo que se acerque a uno de estos chillones amiguitos y no sea detectado y delatado de inmediato, levantan vuelo y comienza su aviso frenético al resto de la fauna; con esto me refiero a que no debemos obviar, ni intentar hablar tal Idioma, sino solo entenderlo, interpretarlo, pudiendo así lograr evitarlo.

En el Comienzo


Para entender un poco mas acerca de nuestra necesidad de la caza, de “nuestro modo de vida”, debemos conocer primero a nosotros mismos, conocer el por que, que nos motiva, que nos incita; entonces bien, veamos un poco quienes somos y de donde venimos.

Aparición de los Mamíferos

Hace 200 millones de años desaparecieron los grandes reptiles, los dinosaurios y comenzó el desarrollo de los mamíferos. Pequeños animales que dejaron el suelo para trepar a los árboles. El salto a la vida sobre los árboles se debió, posiblemente, a la necesidad de sobrevivir.

Surgimiento de los Primates

Hace 40 millones de años, entre los mamíferos se desarrollaron diferentes tipos de monos llamados primates. Los primeros primates fueron animales pequeños, de hábitos nocturnos, que vivían (casi siempre) en los árboles. Con el tiempo, algunos de éstos fueron cambiando sus hábitos y características físicas: su cráneo fue mayor, creció su cerebro, podían tomar objetos con las manos, adaptarse al día y alimentarse de frutas y vegetales.


Los Homínidos
Se llama así a una de las dos familias de monos en que se dividió el grupo de los primates. Mientras que en la familia del orangután, del gorila y del chimpancé no hubo cambios, hace 15 millones de años en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre actual.


Los primeros homínidos y el largo camino hacia el hombre

Diversas fueron las especies que unieron al hombre actual con los primeros homínidos. Las especies que representaron verdaderos saltos evolutivos, es decir, verdaderos momentos de cambio, fueron las siguientes:


Australopithecus: fue el primer homínido bípedo (caminaba en dos patas y podía correr en terreno llano). Poseía mandíbulas poderosas y fuertes molares. Su cerebro tenía un volumen inferior a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que el andar erguido se produjo mucho antes que la expansión del cerebro.
El primer australopithecus fue encontrado en la década de 1960 en África oriental.


Homo habilis: coexistiendo con el australopithecus apareció esta especie de homínidos. Tenían un cerebro más grande, alrededor de 700 centímetros cúbicos. Su característica más importante fue el cambio en su forma de alimentación: ya no sólo comían frutas y vegetales sino también animales. Actualmente los investigadores no están de acuerdo sobre si el homo habilis cazaba intencionalmente y fabricaba utensilios para hacerlo.

Homo erectus: algunos lo consideraron el representante directo del hombre, pero hoy se sabe que muchos austratopithecus anteriores poseían rasgos semejantes. Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente por la superficie del planeta, llegando hasta el sudeste y este de Asia. Poseían un cerebro mayor que el del homo habilis: alrededor de 800 centímetros cúbicos. Conocían el uso del fuego y fabricaron la primera hacha de mano. El primer homo erectus fue encontrado en java (Oceanía) a fines del siglo pasado. El hallazgo de restos de homínidos de esta especie en las cavernas de Pekín permitió la reconstrucción de algunos aspectos de su vida.


Homo sapiens: vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos arqueo­lógicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las for­mas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifesta­ciones rituales y artísticas. El represen­tante del homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal (Alemania), y en tiempos más modernos, el hombre de CroMagnon (Francia).


Homo sapiens sapiens: Sus características físicas son las mismas que las del hombre actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1400 centímetros cúbi­cos. Se cree que apareció en Europa hace alrededor de 40.000 años. El homo sapiens sapiens es el que protagonizó, a partir del año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la organización económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación de animales, y la vida en ciudades.

El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos 3 millones de años. La evolución desde el Australopithecus hasta el Homo sapiens, significó el aumento de la capacidad craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y la disminución del tamaño de los dientes. Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar relacionado con la mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos. Los antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de aprendizaje y razonamiento, después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara la forma de vida de los seres humanos.


EL Hombre moderno
Creo que con la información previa y para no transformar el escrito en una clase de Antropología, entendemos se desprenden conceptos que nos indican claramente qué nos motiva a continuar nuestra tradición milenaria. Es evidente que en nuestros genes sobrevive el instinto, ese instinto genético, hormonal, la necesidad de proveer y proveernos del sustento, esa necesidad imperiosa de sobrevivir, esa necesidad inconsciente y natural de evolucionar, combinando instinto y paciencia con nuestra actual inteligencia

Espíritu de una Pasión




La motivación que me llevo a la creación de este espacio, fue la de compartir mis conocimientos como cazador.

La naturaleza versus el ser humano nos impone un reto fascinante.

Llevo solo unos pocos años practicando y aprendiendo el "Arte de la Caza Mayor" y me considero tan solo un noble y novato aficionado sediento de nuevos conocimientos y vivencias.

Soy un afortunado en mi profesión ya que tengo la suerte de aprender de los más exitosos.

Mucho hemos leído acerca del “Arte de la Caza”, particularmente prefiero llamarlo “Nuestro modo de Vida”; ya que la definicion de arte es: un conjunto de reglas para ejecutar bien algo; y nuestro modo de vida, sin tratarse de nuestro sustento, no necesita de mayor interpretación, no se trata solo de un conjunto sino de un TODO.

He visto mucha gente capturando y ultimando animales, o bien, solo fusilándolos, muy cómodos y a buen resguardo; es en este punto donde sucede la bifurcación en nuestros senderos ya que para éstos el cazar es solo un entretenimiento más y es ahí donde para nosotros comienza la ultima etapa de nuestro modo de vida.

“Lo importante no es cazar, sino estar cazando”, frase célebre del Dr. Santos Dumont muy utilizada entre ejecutores y diría casi, una frase ya gastada; siempre me pregunto cuantos de quienes la dicen conocerán realmente quien fue, o mas allá de su persona, como cazaba el Dr. Santos Dumont, seguramente nadie sabe nada acerca suyo y mucho menos de sus gustos por la caza.

No es el espíritu de este escrito instaurar un debate en cuanto a los gustos y pasatiempos de cada cual, mas no creo que lo importante sea estar cazando..., ya que lo importante es tomar la decisión de orientarse en la naturaleza y seguir un principio, manteniendo una línea, una conducta, un régimen, haciendo así que esta naturaleza sea en un TODO nuestro modo de vida.

Entonces bien, a que pretendo referirme en concreto?; a que solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR
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