Solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR.

Si no fuera por...

Nada de este mágico y cautivador Modo de Vida hubiera conocido de no haber sido por mi gran amigo Carlos Couto y el tan cuestionado Gen, quienes me introdujeron en el fascinante Mundo de la Caza Mayor, ellos fueron quienes guiaron mis primeros pasos y guían actualmente, fueron quienes desataron esa necesidad dormida..., la de proveer y proveernos, la de prevalecer en la cúspide de los cazadores preservando nuestro tan disputado primer puesto entre los mamíferos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del trofeo, sino haber obtenido tu presa”.

Dedicado a los que sin estar siempre nos acompañan, esos dos perritos locos, al poderoso Yako, a Sebastián Zuck y a todos aquellos que quieran ingresar en este fascinante Modo de Vida.—

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