Solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR.

Si no fuera por...

Nada de este mágico y cautivador Modo de Vida hubiera conocido de no haber sido por mi gran amigo Carlos Couto y el tan cuestionado Gen, quienes me introdujeron en el fascinante Mundo de la Caza Mayor, ellos fueron quienes guiaron mis primeros pasos y guían actualmente, fueron quienes desataron esa necesidad dormida..., la de proveer y proveernos, la de prevalecer en la cúspide de los cazadores preservando nuestro tan disputado primer puesto entre los mamíferos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del trofeo, sino haber obtenido tu presa”.

Dedicado a los que sin estar siempre nos acompañan, esos dos perritos locos, al poderoso Yako, a Sebastián Zuck y a todos aquellos que quieran ingresar en este fascinante Modo de Vida.—

Naturaleza versus Humano




Que abrumadora desventaja... como ser parte sin interceder en ese delicado equilibrio natural; aunque aquí ya entraríamos en un tema filosófico donde surge el inevitable y hasta casi soberbio cuestionamiento acerca de si esa desventaja es tan abrumadora o si bien estaremos intercediendo en el equilibrio natural, ya que si estamos en el lugar, es porque naturalmente esta bien que estemos.
Si la naturaleza nos permite recorrer su seno y nos muestra sus secretos, como es que no somos parte y que nuestras acciones interfieren, nada sucede sin que la gigantesca maquina natural lo contemple; debemos entonces guiar nuestras acciones solo por el instinto y raciocinio, y no por nuestras ambiciones o satisfacciones.
Claro esta que si trasladamos Naturaleza versus Humano a un plano comparativo, debemos considerar un espectro muy amplio, tan amplio que ineludiblemente quedarán aspectos sin contemplar.

Entre ellos podemos mencionar al Clima, al terreno, mareas, distancias, entre otros....; en contraparte de nuestros antecesores hoy podemos saber el clima a futuro con un grado de exactitud bastante elevado, como así también conocer el terreno y las distancias mediante mapas electrónicos, GPS, cartografía y mucha información detallada a nuestro alcance; conociendo esos datos será suficiente para preparar nuestro equipo e idear un plan, con procedimientos, siguiendo reglas con efectivas técnicas y métodos para intentar lograr satisfactoriamente nuestro objetivo.

Pues bien, aquí no terminan los considerandos ya que la naturaleza cuenta con muchos mas aliados a dominar que los mencionados, como ser entre otros, los cambios repentinos e imprevisibles; tales como una neblina inesperada en lugares y a horarios fuera de lo frecuente, lo cual seguramente hará variar tu ruta, modificando así tu itinerario pautado, comprometiendo las distancias, desgaste físico y el tiempo de recorrido, tus raciones de alimento y bebida, en definitiva, lo que a prima fase puede verse como una simple dificultad, puede desatar una grave complicación.

Nuestro reto no termina aquí, ya que todo lo mencionado hasta ahora son elementos que, si bien no podemos controlar, podemos sí estar preparados para afrontarlos, son fenómenos conocidos; ahora bien, que sabemos acerca del “Idioma Natural” como entenderlo y obtener ventaja, como mezclarnos entre ellos sin que nos perciban, sin que las distintas especies animales con sus accionares delaten nuestra posición.
Manejándonos muy cuidadosa e inteligentemente dentro del terreno podemos evitar ese idioma natural, su mejor aliado, que considero, es nuestro desafío mas importante. Por si algunos necesitan un ejemplo de este Idioma Natural, citare al por todos conocido Tero, esas pequeñas cornetas aladas, esos grandes delatores; no existe ser vivo que se acerque a uno de estos chillones amiguitos y no sea detectado y delatado de inmediato, levantan vuelo y comienza su aviso frenético al resto de la fauna; con esto me refiero a que no debemos obviar, ni intentar hablar tal Idioma, sino solo entenderlo, interpretarlo, pudiendo así lograr evitarlo.

En el Comienzo


Para entender un poco mas acerca de nuestra necesidad de la caza, de “nuestro modo de vida”, debemos conocer primero a nosotros mismos, conocer el por que, que nos motiva, que nos incita; entonces bien, veamos un poco quienes somos y de donde venimos.

Aparición de los Mamíferos

Hace 200 millones de años desaparecieron los grandes reptiles, los dinosaurios y comenzó el desarrollo de los mamíferos. Pequeños animales que dejaron el suelo para trepar a los árboles. El salto a la vida sobre los árboles se debió, posiblemente, a la necesidad de sobrevivir.

Surgimiento de los Primates

Hace 40 millones de años, entre los mamíferos se desarrollaron diferentes tipos de monos llamados primates. Los primeros primates fueron animales pequeños, de hábitos nocturnos, que vivían (casi siempre) en los árboles. Con el tiempo, algunos de éstos fueron cambiando sus hábitos y características físicas: su cráneo fue mayor, creció su cerebro, podían tomar objetos con las manos, adaptarse al día y alimentarse de frutas y vegetales.


Los Homínidos
Se llama así a una de las dos familias de monos en que se dividió el grupo de los primates. Mientras que en la familia del orangután, del gorila y del chimpancé no hubo cambios, hace 15 millones de años en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre actual.


Los primeros homínidos y el largo camino hacia el hombre

Diversas fueron las especies que unieron al hombre actual con los primeros homínidos. Las especies que representaron verdaderos saltos evolutivos, es decir, verdaderos momentos de cambio, fueron las siguientes:


Australopithecus: fue el primer homínido bípedo (caminaba en dos patas y podía correr en terreno llano). Poseía mandíbulas poderosas y fuertes molares. Su cerebro tenía un volumen inferior a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que el andar erguido se produjo mucho antes que la expansión del cerebro.
El primer australopithecus fue encontrado en la década de 1960 en África oriental.


Homo habilis: coexistiendo con el australopithecus apareció esta especie de homínidos. Tenían un cerebro más grande, alrededor de 700 centímetros cúbicos. Su característica más importante fue el cambio en su forma de alimentación: ya no sólo comían frutas y vegetales sino también animales. Actualmente los investigadores no están de acuerdo sobre si el homo habilis cazaba intencionalmente y fabricaba utensilios para hacerlo.

Homo erectus: algunos lo consideraron el representante directo del hombre, pero hoy se sabe que muchos austratopithecus anteriores poseían rasgos semejantes. Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente por la superficie del planeta, llegando hasta el sudeste y este de Asia. Poseían un cerebro mayor que el del homo habilis: alrededor de 800 centímetros cúbicos. Conocían el uso del fuego y fabricaron la primera hacha de mano. El primer homo erectus fue encontrado en java (Oceanía) a fines del siglo pasado. El hallazgo de restos de homínidos de esta especie en las cavernas de Pekín permitió la reconstrucción de algunos aspectos de su vida.


Homo sapiens: vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos arqueo­lógicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las for­mas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifesta­ciones rituales y artísticas. El represen­tante del homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal (Alemania), y en tiempos más modernos, el hombre de CroMagnon (Francia).


Homo sapiens sapiens: Sus características físicas son las mismas que las del hombre actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1400 centímetros cúbi­cos. Se cree que apareció en Europa hace alrededor de 40.000 años. El homo sapiens sapiens es el que protagonizó, a partir del año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la organización económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación de animales, y la vida en ciudades.

El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos 3 millones de años. La evolución desde el Australopithecus hasta el Homo sapiens, significó el aumento de la capacidad craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y la disminución del tamaño de los dientes. Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar relacionado con la mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos. Los antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de aprendizaje y razonamiento, después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara la forma de vida de los seres humanos.


EL Hombre moderno
Creo que con la información previa y para no transformar el escrito en una clase de Antropología, entendemos se desprenden conceptos que nos indican claramente qué nos motiva a continuar nuestra tradición milenaria. Es evidente que en nuestros genes sobrevive el instinto, ese instinto genético, hormonal, la necesidad de proveer y proveernos del sustento, esa necesidad imperiosa de sobrevivir, esa necesidad inconsciente y natural de evolucionar, combinando instinto y paciencia con nuestra actual inteligencia

Espíritu de una Pasión




La motivación que me llevo a la creación de este espacio, fue la de compartir mis conocimientos como cazador.

La naturaleza versus el ser humano nos impone un reto fascinante.

Llevo solo unos pocos años practicando y aprendiendo el "Arte de la Caza Mayor" y me considero tan solo un noble y novato aficionado sediento de nuevos conocimientos y vivencias.

Soy un afortunado en mi profesión ya que tengo la suerte de aprender de los más exitosos.

Mucho hemos leído acerca del “Arte de la Caza”, particularmente prefiero llamarlo “Nuestro modo de Vida”; ya que la definicion de arte es: un conjunto de reglas para ejecutar bien algo; y nuestro modo de vida, sin tratarse de nuestro sustento, no necesita de mayor interpretación, no se trata solo de un conjunto sino de un TODO.

He visto mucha gente capturando y ultimando animales, o bien, solo fusilándolos, muy cómodos y a buen resguardo; es en este punto donde sucede la bifurcación en nuestros senderos ya que para éstos el cazar es solo un entretenimiento más y es ahí donde para nosotros comienza la ultima etapa de nuestro modo de vida.

“Lo importante no es cazar, sino estar cazando”, frase célebre del Dr. Santos Dumont muy utilizada entre ejecutores y diría casi, una frase ya gastada; siempre me pregunto cuantos de quienes la dicen conocerán realmente quien fue, o mas allá de su persona, como cazaba el Dr. Santos Dumont, seguramente nadie sabe nada acerca suyo y mucho menos de sus gustos por la caza.

No es el espíritu de este escrito instaurar un debate en cuanto a los gustos y pasatiempos de cada cual, mas no creo que lo importante sea estar cazando..., ya que lo importante es tomar la decisión de orientarse en la naturaleza y seguir un principio, manteniendo una línea, una conducta, un régimen, haciendo así que esta naturaleza sea en un TODO nuestro modo de vida.

Entonces bien, a que pretendo referirme en concreto?; a que solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR
.